El cinturón negro de los hábitos
Ya hemos comentado en artículos previos algunas técnicas para definir mejor los objetivos que nos acerquen a nuestras metas y otros para ser más fieles a ellos, no procastinar ni olvidar su ejecución. Personalmente, la mayor dificultad que encuentro está en mantener el foco en los hábitos que estoy cumpliendo y no olvidar alguno de ellos durante un tiempo indefinido. Una vez que olvido un hábito, no puedo medir el tiempo que paso sin hacerlo ni tomar decisiones sobre ello. Por ello, en mi caso, la clave es trabajar en el disparador para que la mente pase al nivel de consciencia.
Sin embargo, una vez que tengo un hábito implantado y lo ejecuto de manera automatizada, la probabilidad de continuar haciéndolo es bastante alta. Usaremos justo este concepto para ayudarnos en la implantación de hábitos nuevos mediante el concepto de “Encadenamiento de Hábitos”.
Llamamos encadenamiento de hábitos a definir como punto de partida o disparador de un hábito la finalización de otro. De este modo, hacemos secuencias de hábitos que, una vez que empiezan, ejecutan todos los hábitos del grupo uno tras otro.
Un ejemplo de encadenamiento de hábitos puede ser.
- Todos los días a las 7.30 de la mañana voy a dar un paseo de una hora al lado del mar.
- Cuando vuelvo del paseo, paso por mi cafetería preferida y me tomo un café.
- Mientras me tomo el café, abro mi lista de hábitos y compruebo cuáles hice el día anterior y cuáles no.
- …
De este modo, aprovechamos la inercia que tenemos en un hábito en particular, para ayudarnos en la fidelización de los hábitos consiguientes. Este simple concepto ha tenido un impacto enorme en mi vida y lo considero una de las claves principales una vez tienes un volumen de hábitos considerables.
Sin embargo, el encadenamiento de hábito trae consiguo los siguientes dos desafíos:
- Periodicidad: Los hábitos que encadenamos a otros deben compartir la misma periodicidad. No puede ser que conectemos un hábito que queremos ejectuar todos los días a otro que tiene periodicidad semanal porque de ese modo, estaríamos condenando nuestro hábito diario a también ser disparado una vez a la semana y fallaríamos en nuestro intento.
- La ejecución de los hábitos encadenados debe ser inmediata. Un error común es definir que tras un hábito ejecutaré otro hábito pero sin poder hacerlo exactamente en ese momento. El tiempo que sucede entre hábitos es impredecible y ajeno a nuestro control, por lo que nuestra mente perderá el foco en la secuencia de hábitos y luego será complicado que volvamos a acordarnos.
Si somos capaces de afrontar estos dos desafíos y logramos encadenar hábitos con misma periodicidad y de ejecución inmediata, nos daremos cuenta de lo sencillo que resulta implantar nuevos hábitos positivos en nustra vida.
Espero que este artículo haya sido interesante para ti y que estés disfrutando de todas estas técnicas para optimizar tús hábitos y acercarte a esa persona que siempre quisiste ser. Un saludo y hasta el próximo artículo.