El origen de los anhelos

Como hemos explicado ya en varias ocasiones, todo hábito comienza con un anhelo que genera un deseo el cuál impulsa la ejecución de una acción que finaliza con una recompensa. Si la recompensa ha sido satisfactoria hace que repitamos el ciclo de nuevo y si el resultado es consistentemente positivo, reforzará la ejecución del mismo y generará lo que denominamos hábito. Pero… ¿Alguna vez te has preguntado de dónde surgen esos anhelos?

Los seres humanos somos subjetivos por naturaleza, es decir, normalmente interpretamos de maneras distintas un mismo hecho o acción. Por eso y tras bastantes estudios científicos, podemos concluir que un anhelo es una mera interpretación o representación individual de los que pasaré a denominar “Motivos fundamentales”. Estos motivos fundamentales son necesidades fisiológicas y emocionales almacenadas internamente en nuestro cerebro y fuertemente ligadas a la supervivencia desde un punto de vista evolutivo.

Algunos de estos motivos fundamentales son:

• Conservar energía
• Obtener agua y comida.
• Encontrar el amor y reproducirse
• Conectar con otros individuos.
• Ganar aceptación social y aprobación
• Reducir incertidumbre.
• Consecución de status y prestigio.

Si nos fijamos, muchas de nuestras conductas están inherentemente ligadas a uno o varios de estos motivos fundamentales. Por ejemplo, si tenemos tendencia a procastinar, podemos hablar claramente de conservación de energía o querer estar guapo y en forma está ligado a encontrar el amor y reproducirse, ganar aceptación social y aprobación y consecución de status y prestigio.

La parte especialmente importante de esta idea es que lo anhelos son interpretación personales que concluyen en los motivos fundamentales pero que, como hemos comenzado diciendo, estas ideas son subjetivas y fuertemente influenciadas por el individuo. Por ello, podemos reprogramar u optimizar anhelos. Si por ejemplo un adoslecente empieza a fumar para conseguir status y prestigio en el grupo de amigos, ese mismo motivo fundamental puede ser conseguido a través del trabajo en actitudes de liderazgo en equipos deportivos. Nosotros podemos elegir reemplazar una acción que consideramos subóptima por otra más interesante que concluya en el mismo motivo fundamental.

Espero que esta idea haya sido interesante y nos vemos en el próximo artículo.