El primer paso del pensamiento científico
Siguiendo la tendencia evolutiva de los artículos previos, en este momento nos encontramos con individuos que tienen un hipotálamo y un sistema límbico ya formado y plenamente funcionales. Somos capaces de buscar nuestra supervivencia pero ya desde una manera controlada, modulada y con una fuerte componente social que fortalice la idea de grupo. Es en este momento cuando se produce una interesante evolución que tuvo un fuerte impacto en el ser humano definiendo la relación consigo mismo, con su entorno y formando las bases para un pensamiento científico moderno: el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro.
Podemos decir que esta parte del cerebro es la más racional y analítica. Especializada en la fragmentación de elementos complejos (ya sean ideas u objetos) en partes más pequeñas y simples. Por este motivo y aunque pierde la perspectiva de la totalidad y unidad, es especialmente útil para observar pequeños detalles, para contrastar, para clasificar, para jerarquizar y para interrelacionar los conceptos. También fue clave para la evolución del lenguaje, la capacidad de imaginar nuevos conceptos y de diseñar y crear objetos no existentes previamente. Otorga también una gran importancia a la descripción y al debate que empiezan a rivalizar con la experiencia. Todo ello asienta las bases del pensamiento científico y moderno.
Como es capaz de descomponer pensamientos abstractos en otros más pequeños y realizables, es también capaz de definir las metas y objetivos y se siente fuertemente tentado y motivado para su consecución. Como tiene una orientación a resultados, se centra en lo que es práctico y útil descartando todo aquello que no lo es, ya sean factores personales, afectivos o emocionales. De hecho, para el hemisferio izquierdo hablar de sentimientos muestra debilidad y al no ser ésta una ventaja competitiva, es poderosamente descartada. Podemos mencionar también que esta parte del cerebro es dualista, es decir, diferencia entre aquello que esta dentro y fuera de uno mismo. Por ello, es capaz de entender conceptos complejos como la autoconciencia.
A nivel personal podemos decir que, una persona con una clara dominancia de su hemisferio cerebral izquierdo tendrá una fuerte tendencia a enfocar las conversaciones hacia la consecución de objetivos, las acciones y los logros, con escasa intervención de factores emocionales o personales. Desde esta perspectiva surgen también características negativas como la arrogancia, la prepotencia, el clasismo, racismo ya que esta parte del cerebro entienda la separación y las diferencias entre partes.
Cabe destacar que debido a esa dualismo que mencionábamos anteriormente, el desarrollo del hemisferio izquierdo tuvo un fuerte impacto en la manera en la que el individuo comprende y se relaciona con el contexto y ambiente en el que reside y fue uno de los factores fundamentales que alejó a la especie humana de un entorno puramente natural. Empezamos a cuestionarnos por qué la naturaleza es como es y cómo podemos modificarla para acercarla a nuestros intereses.
Espero que esta publicación os haya parecido interesante, que sepamos un poquito mejor el papel que ocupa nuestro cerebro en el pensamiento científico y la conducta analítica. Nos vemos en en próximo artículo.
Fuente: Resetea tu mente. Descubre de lo que eres capaz — Mario Alonso Puig