La respuesta que nunca pensaste escuchar

José María López Palomo
3 min readAug 26, 2022

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A menudo pensamos que la gente exitosa que admiramos tiene una fuente inagotable de pasión y energía y que ésta, es lo que les empuja a luchar y conseguir todos esos objetivos. Que ese deportista que no deja de ganar competiciones y títulos, tiene un talento infinito o que ese emprendedor del que todos hablan es un visionario capaz de detectar necesidades antes que la gente “mortal”. Pues si, puede que todo eso sea cierto pero ¿Qué me dirías si te cuento que ser capaz de lidiar con el aburrimiento es mucho más importante?

Hasta ahora te he contado muchísimos consejos, ideas y trucos para mantenerte enfocado en tus objetivos y que puedas llegar a convertirte en esa persona que siempre has soñado. Desde analizar cómo funciona tu cerebro, aprender a generar la amada dopamina y hacer que funcione a tu favor, evitar tentaciones con un contexto motivador pero… tenemos que admitir que, independientemente de lo que hagamos, llegaremos a un punto en el que esa acción que hacemos todos los días se convierta en aburrida. ¿Qué podemos hacer cuando esto ocurre?

Un recurso que tendremos a nuestro alcance es la denominada “motivación variable”. Esta motivación consiste en diseñar nuestros hábitos de tal forma que la motivación y los picos de dopamina que se genera cuando los realizamos, se vaya “actualizando” con nuestra percepción sobre ellos. Como siempre he comentado, hay que comenzar los hábitos de manera que sean “ridículamente simples”. De esta modo generamos una cierta tracción que favorece la permanencia. Pues bien, una vez que hemos adquirido dicho hábito, ya no nos supone un gran esfuerzo y la euforia que nos genera va disminuyendo significativamente, es momento de ir al siguiente nivel y potenciar el hábito. Un ejemplo claro es la idea detrás de la aplicación Strava: un buen día decides que quieres empezar a correr y haces 5 kilómetros a ritmo de caracol. A partir de entonces vas a recibir de manera continuada estímulos para mejorar tanto aumentando la distancias, como mejorando tus ritmos como compitiendo con otras personas de tu entorno. De este modo, siempre hay un nuevo reto que conseguir y la adherencia al nuevo hábito de correr es óptima.

Eso está muy bien Jose, pero ¿Cómo puedo incrementar la dificultad de un hábito como hacer la cama? ¿Qué sucede si el hábito que me aburre no es potenciable? Pues esta es una de las claves más importantes que he aprendido en los último años y es que, tienes que aprender a lidiar con el aburrimiento y trabajar en tu disciplina, no hay otra opción. Como bien dice Marcos Vázquez “si un día no tienes motivación para entrenar, entrena sin motivación” y es que, socialmente le damos demasiada importancia a la pasión de cara a conseguir nuestros objetivos. A todos, Todos, TODOS nos pasa que hay días que no queremos esforzarnos, no queremos hacer deporte o no queremos cumplir esa lista interminable de hábitos que el día anterior era apasionante. Donde radica la diferencia entre el éxito y el fracaso es en mantenerte firme y disciplinado también en esos momentos.

Hay que recordar también que hay veces que la motivación no es el origen de la acción sino la consecuencia. Quizás te despiertas a las 6 de la mañana ese lunes de invierno con un tiempo de perros, lloviendo a mares y una niebla que no ves ni donde pisas, pero ¿cómo te sientes cuando vuelves a casa después de una hora de carrera? Esa es la fuerza que puede ayudar a que el día siguiente vuelvas a salir a correr. Si nunca empiezas, nunca podrás usarla como motor de tus decisiones.

Espero que esta publicación haya sido interesante y que aprendas a lidiar con el aburrimiento que te acerque a tu éxito personal. Nos vemos en el próximo artículo.

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José María López Palomo
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Written by José María López Palomo

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