No rompas la cadena
No te preocupes, no me refiero a las típicas cadenas sin sentido de mensajes de Whatsapp que cuando se rompen, la maldición de Tutankhamon caerá sobre ti y todos tus descendientes. En este artículo voy a hablar de los beneficios de la constancia en tus hábitos y cómo, de manera totalmente transparente, el hecho de que lleves un tiempo haciendo un determinado hábito contribuye a que se siga repitiendo en el futuro.
He de confesar que cada vez más personas me preguntan sobre mis hábitos y mis sistemas. Es curioso que lo que más les llama la atención es que el que considero más importante es el hábito de control de hábitos. Como bien diría el físico y matemático británico Lord Kelvin, “lo que no se puede medir, no se puede mejorar” y ocurría en mi vida que era incapaz de identificar de manera rápida y precisa, cuándo dejaba de realizar una cierta conducta. Es como cuando tienes un dolor de muelas, mientras el dolor es intenso somos plenamente conscientes del problema. Sin embargo, una vez que el dolor desaparece, no sabemos cuándo realmente dejó de pasar.
Por eso, hacer un chequeo rápido de los hábitos que tengo que cumplir en el día, marcar como completados los que ya están realizados y tener que marcar como fallidos los que no se han podido cumplir se ha convertido en la piedra angular sobre la que articulan el resto de mis intentos de mejora. En primer lugar me genera un alto nivel de satisfacción cuando marco un hábito como completo o cuando veo que el número de hábitos completos totales en el día sigue subiendo de manera constante. Por otro lado, el tener que marcar hábitos como fallados me genera el nivel justo de frustación como para intentar evitarlo en los próximos días, mucho más si llevaba varias repeticiones satisfactorias consecutivas. A otro nivel, el tener todas las iniciativas en una lista, aligera la mente y la energía consumida en retenerlo presente. Por último, genera la cantidad justa de información y métricas que necesito para identificar patrones, detectar cambios y poder actuar sobre ellos de manera casi inmediata.
Por decirlo de alguna forma, el seguimiento de hábitos te mantiene enfocado en el proceso en lugar de en los resultados y los procesos son lo que realmente te cambia como persona. Los resultados tienen momento de caducidad y están acotados conceptualmente. Los procesos conforman quién eres y, si están planeados adecuadamente, puede generar potencialmente una mejoría de manera sostenida. Además, cumpliendo las tres características principales de los hábitos óptimos: el seguimiento es honesto, atractivo y genera satisfacción.
Espero que este artículo haya sido interesante, que obtengas los enormes beneficios de implantar el control de hábitos en tu vida y nos vemos en la próxima publicación.