No sabemos por qué nos enfadamos

José María López Palomo
3 min readApr 12, 2023

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Hay que reconocerlo, a todos nos pasa de vez en cuando… No hay persona sobre la faz de la tierra que no se enfade de vez en cuando (algunos demasiado a menudo). En general tendemos a pensar que entendemos el origen de este sentimiento e incluso que solemos tener razón en el conflicto pero… ¿Qué pasaría si te digo que, en general no sabemos por qué nos sentimos así? Y la clave de la pregunta no está en nosotros como individuos sino en el verbo saber. Déjame explicarte…

Ya hemos hablado largo y tendido en los artículos previos sobre las distintas partes del cerebro y el reparto de responsabilidades entre las mismas. Cómo bien sabemos, el hemisferio derecho es el que trabaja con las emociones por lo que, en principio, debería ser el encargado de reconocer el sentimiento de enfado y el origen del mismo. Esto es parcialmente correcto ya que la respuesta que ejecutamos de manera instintiva es impulsada por este hemisferio cerebral con lo que podemos concluir que hace su tarea de manera diligente.

Sin embargo, recordamos también que el hemisferio que se encarga de la autoconsciencia es el izquierdo y que éste intenta comprender todo el universo a través de un cierto prisma de raciocinio y materialismo. Cómo el mundo de las emociones no cabe dentro de su perspectiva, considera que el hemisferio derecho es “inferior” y prescinde de la información que este le brinda. Además, es incapaz de asumir que no lo sabe todo, por lo que fabrica una serie de “razones” inventadas para justificar todo aquello que se escapa de su rango de acción.

Juntando ambas realidades tenemos las siguiente sucesión de pasos cuando nos encontramos envueltos en un cierto conflicto:

  • Sucede un acontecimiento (comentario, opinión, imagen…)
  • El acontecimiento es procesado por el hemisferio derecho
  • El hemisferio derecho genera un cierto sentimiento en consecuencia, normalmente basado en la información emocional almacenada durante experiencias previas.
  • Reaccionamos de manera instintiva según el sentimiento que hemos generado.
  • El hemisferio izquierdo que hasta este momento ha estado completamente ausente observa el acontecimiento inicial y nuestra reacción.
  • Dado que no entiende e ignora todo lo que ha ocurrido en el hemisferio vecino, pone en marcha la maquinaria racional para encontrar razones “realistas” a los eventos que han sucedido.
  • Debido a que el hemisferio derecho no tiene autoconsciencia, el izquierdo si que la tiene y nuestra cultura actual prioriza el mundo de las ideas, aceptamos esas razones ofrecidas en el paso anterior como origen del conflicto.

El problema principal que encontramos en este proceso es que, como individuos, no sabemos la razón real de esos sentimientos que nos han impulsado a actuar de una determinada manera. Como no los conocemos, no podremos trabajar sobre ellos, no podremos moderar adecuadamente la respuesta en un futuro o corregir una reacción desmedida. Por ello, es especialmente importante para una vida plena y feliz, entender esta limitación de nuestro mundo racional, ser conscientes de que no lo comprendemos todo, que nuestro cerebro tiene tendencia a justificar lo que desconoce y que hay un espectacular mundo emocional que no somos capaces de “comprender” pero tiene una relevancia enorme en cada una de nuestras acciones.

Espero que este artículo te haya parecido interesante, que conozcas un poco mejor cómo funciona tu cerebro cuando te enfadas y seas consciente de sus limitaciones para tomar mejores decisiones en un futuro. ¡Nos vemos en la próxima publicación!

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José María López Palomo
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Written by José María López Palomo

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